Las Falleras Mayores Infantiles desde 1972

Fallera Mayores Infantiles desde 1972

El Sueño de Ser Fallera Mayor Infantil: Una Experiencia de Emoción, Orgullo y Responsabilidad

Cuando una niña es nombrada Fallera Mayor Infantil de su falla, se abre ante ella un universo lleno de emociones, sueños cumplidos y una gran responsabilidad. Para cualquier pequeña fallera, este título es mucho más que una banda y una corona: representa el reconocimiento de su dedicación, su amor por las tradiciones y el honor de ser la más alta representante de la comisión infantil.

Desde el momento en que se escucha su nombre en el acto de proclamación, la emoción es indescriptible. Cada fallera infantil sueña con ese momento especial en el que todo se detiene, y de repente, se convierte en el centro de atención de su comisión. Las miradas de orgullo de los padres, los aplausos de los amigos y los abrazos de la familia inundan de felicidad ese instante único.

Pero detrás de esa felicidad inicial, hay una mezcla de sentimientos que incluyen ilusión, nervios y un sentido de responsabilidad que va más allá de lo que se puede expresar con palabras. El nombramiento de la Fallera Mayor Infantil no solo es un honor, sino también el comienzo de un viaje lleno de compromisos y momentos inolvidables. Participar en los actos oficiales, representar a su falla en eventos, y ser un modelo a seguir para los más pequeños es una tarea que se lleva con el corazón.

Los Actos de la Proclamación: Entre Lágrimas y Sonrisas

El acto de presentación oficial es uno de los momentos más emotivos. Las delegadas infantiles suelen ser las encargadas de presentar a la Fallera Mayor Infantil, acompañada de palabras que destacan su personalidad, su recorrido en la falla y lo que significa para ella asumir este rol. Las lágrimas de emoción no suelen faltar, tanto en la pequeña como en su familia, especialmente cuando un ser querido toma el micrófono para dedicarle unas palabras.

Los aplausos de la comisión y el acompañamiento musical elevan aún más la solemnidad del momento. La emoción en los ojos de la nueva Fallera Mayor Infantil refleja un cúmulo de sentimientos encontrados: felicidad, orgullo, e incluso, un poco de nerviosismo al darse cuenta de la responsabilidad que conlleva el cargo.

Sueños y Responsabilidades

Cada Fallera Mayor Infantil tiene sus propios sueños y expectativas cuando asume este rol. Algunas sueñan con desfilar con elegancia en la Ofrenda a la Virgen de los Desamparados, llevando con orgullo el ramo de flores que será parte del manto de la Mare de Déu. Otras sueñan con vivir al máximo cada evento, desde la Crida hasta la Cremà, disfrutando de cada instante junto a su comisión y sus amigas.

Sin embargo, ser Fallera Mayor Infantil también implica aprender a gestionar el tiempo, cumplir con los compromisos de la falla y representar con honor a todos los niños que forman parte de la comisión. Para muchas, esta es la primera vez que experimentan una responsabilidad de esta magnitud, lo que les permite crecer tanto a nivel personal como fallero.

El Apoyo de la Comisión y la Familia

El respaldo de la comisión infantil y, por supuesto, de la familia es fundamental para que la experiencia de ser Fallera Mayor Infantil sea inolvidable. Las delegadas infantiles y el equipo directivo trabajan codo a codo con la Fallera Mayor Infantil, asegurándose de que todo salga perfecto en cada acto. La familia, por su parte, es el pilar emocional, acompañando a la pequeña en cada paso, desde los ensayos hasta los eventos oficiales.

Este viaje es uno de los más importantes para cualquier niña fallera, y aunque solo dure un año, las memorias y las emociones que deja son eternas. Al final de su reinado, la Fallera Mayor Infantil mira atrás con orgullo, sabiendo que ha vivido uno de los momentos más especiales de su vida fallera, con la banda y la corona como símbolos de un sueño hecho realidad.

Ser Fallera Mayor Infantil es, en definitiva, un título que no solo se lleva en el pecho, sino en el corazón, con el compromiso de representar y ser la voz de la comisión infantil en un mundo lleno de tradición, unión y sentimiento fallero.